Aralar impartirá este otoño dos talleres de prevención en el centro penitenciario de Pamplona, en el marco del convenio suscrito con el Departamento de Salud. Se trata de un programa pionero en Navarra. Ya en 2023 Aralar realizó este taller que fue valorado muy positivamente por las personas participantes y que ahora se realiza de nuevo.
La primera sesión de presentación general del programa, que se impartirá en los meses de octubre y noviembre, tuvo lugar el pasado 22 de agosto y asistieron veinte personas, con una presencia mayoritaria de mujeres.
Esta iniciativa surge ante la evidencia de que la población reclusa, según diversos estudios, presenta una mayor prevalencia de conductas adictivas relacionadas con el juego que el conjunto de la sociedad. En algunos casos los delitos que les han llevado a prisión están relacionados con la necesidad de financiar la adicción al juego.
Este programa de prevención de la ludopatía en el centro penitenciario de Pamplona pretende adaptarse al contexto de privación de libertad de las personas a las que se dirige. Las dinámicas de juego en los centros penitenciarios son distintas (parchis, cartas etc.,) siendo los días en los que se cobra el peculio los de mayor conflictividad entre personas internas que hayan contraído deudas (tabaco, alimentos del economato etc,) como consecuencia del juego en prision. Este contexto penitenciario es una realidad singular, donde la escasa ocupación del tiempo conduce al aburrimiento y el aburrimiento al juego. El juego sistemático sabemos que acerca la adicción a la persona. Es ahí donde entra la acción preventiva de Aralar. Sabemos del estrés sostenido por las personas presas para garantizar no verse envueltas en ningún conflicto. Una regulacion de este estrés puede buscarse en el juego como método para no sentir, para no pensar, al menos el tiempo que dure la partida.
Otro de los objetivos es dar a conocer a las personas presas que cuando estén en tercer grado pueden acudir a la asociación Aralar para manejar los riesgos de recaída tras las excarcelación y es que, somos conocedoras de que hay casos que ya requieren de un programa más amplio de tratamiento, dentro o fuera de la cárcel.
El programa pretende actuar sobre un doble frente. Por un lado, busca reducir las dinámicas de apuestas informales que suelen aparecer dentro de prisión —con cartas, objetos, ropa o incluso comida— y que pueden generan deudas, conflictos y problemas de convivencia. Por otro, se orienta a dotar a las personas de herramientas de autocontrol, gestión emocional y hábitos de ocio saludables que reduzcan el riesgo de adicción o reincidencia.
Con este proyecto, esperamos acercarnos y contribuir a la mejora de la salud mental de las personas en prisión y poder aproximarnos a una realidad de juego en regimen de encierro penitenciario.

