Los juegos son una parte integral de todas las culturas. Es una de las formas más viejas de interacción social humana. Durante toda la historia se ha tentado al “azar” -del árabe az-zahr que significa “suerte”- para intentar conseguir unas monedas o algún objeto de valor.

El juego está presente en todas las culturas y a lo largo de la historia, como espacio de aprendizaje, diversión o socialización. Como herramienta que contribuye al desarrollo de habilidades y competencias clave como: la creatividad, las emociones o el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y comunicativas. Pero el juego también puede convertirse en un problema.

La probabilidad y la suerte no van de la mano. Llámalo “sexto sentido”, “intuición” o “racha” pero aquí solo existen las matemáticas. Falsos mitos y creencias sobre los premios y la cantidad de veces que juegas o sobre el valor de la repetición son solo un gancho “mental” para seguir jugando a juegos de azar.

Navarra es una comunidad donde existe una larga tradición con los juegos de azar. Algunos de ellos han formado parte de la propia cultura como por ejemplo los relacionados con el deporte, las apuestas en la pelota, a las que se han sumado otras formas de jugar que han traído en ocasiones consecuencias poco deseadas.

Históricamente los juegos de apuestas se han asociado al género masculino pero sabemos que las mujeres también juegan, aunque han sido invisibilizadas. Al igual que a los hombres, el juego puede acabar generándoles graves problemas. Pensar que apostar “es cosa de hombres” es una visión sesgada e irreal. 

A pesar de que la ley prohíbe que menores de edad apuesten con dinero, cada vez son más quienes se inician a edades muy tempranas en los juegos de azar.  La alta prevalencia de este tipo de juego en población adolescente-joven resulta preocupante. Sensibilizar y prevenir sobre los riesgos de esta práctica es labor de todos y todas.  

La sensibilización, la formación, la prevención, la detección y el tratamiento de situaciones de riesgo relacionadas con el juego nos ayuda a avanzar hacia una sociedad mejor.

El término “problema con el juego” describe un comportamiento de juego de azar que se ha vuelto destructivo o dañino para la persona jugadora o para quienes lo rodean. Debemos saber detectar a tiempo cuándo jugar se convierte en adicción y desencadena un problema de ludopatía.

Reconocer que tenemos un problema es el primer paso para solucionarlo. También pedir ayuda, porque sólo o sóla es muy difícil superar la ludopatía. Existen muchas personas en nuestro entorno (familia, amistades, trabajo…), dispuestas a apoyarte y también profesionales que te guiarán en tu proceso de recuperación.